miércoles, 15 de abril de 2009

CORDOBA EXPLOTO


SEXTA CONFERENCIA

Danilo Montero trajo un mensaje de confrontación, titulado “Los secretos de la vida espiritual” (Juan 6:28 y 15:4).
Reflexionó acerca del sacrificio de Jesucristo y de la imposibilidad para “convencer a Dios de nuestra obediencia”. La única obra que se nos exige es que creamos en Él.
Finalizó explicando que no hay secretos en la relación con Dios. Solo se trata de comunión íntima.

SEPTIMA CONFERENCIA

El pastor Sergio Belart compartió un mensaje inspirador y desafiante. El pasaje citado fue Hechos 3:1-6.
Impulsó a los jóvenes a tomar un compromiso, a “subir y a sumergirse “en un nivel más elevado para alcanzar el propósito de Dios. Declaró que somos una generación capaz de producir cambios en tiempo de crisis.
El taller culminó con la declaración de miles de jóvenes que están dispuestos a pagar el precio y a levantarse como una generación de héroes llenos de fe, poder y revelación.

OCTAVA CONFERENCIA

Juan Vereecken insistió sobre la actitud de tomar el primer paso que caracteriza a los héroes. Analizó el versículo de Eclesiastés 11:4 y remarcó que no existe la pasividad en el carácter del héroe, aún cuando esa acción pueda implicar riesgos.
Heroísmo no se relaciona con educación, posición económica, capacidad física o intelectual. Se refiere a acción en momentos de necesidad, de duda o angustia.
Dios usa personas imperfectas en condiciones imperfectas para llevar a cabo su perfecta voluntad.

NOVENA CONFERENCIA

El apóstol Rubén Hernández compartió el mensaje “Cirugía plástica o corazón abierto”. Recorrió con claridad una serie de versículos de la Palabra referidos al corazón.
Vivimos en una sociedad que se ha empeñado en idolatrar a lo de afuera, y ha perdido de vista lo realmente importante. La belleza externa es transitoria. Solo un corazón “abierto”, que ha experimentado un encuentro genuino con Jesús, puede mantenerse firme en el día malo.
El apóstol guió al pueblo en un tiempo de ministración e invitó a Daniel Calveti y a sus músicos para dirigir la adoración.
La presencia del Señor descendió en forma poderosa.

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