jueves, 11 de septiembre de 2008

El Ministerio de la Música en la Iglesia
Autor: Lic. Dawlin A. Ureña


Los levitas o personas que ministran desde el altar (músicos) tienen en general las mismas pautas a seguir que cualquier otro líder de nuestra iglesia. Debo también realzar aquí que esto difiere mucho de iglesia a iglesia, de concilio a concilio y hasta depende del estilo, de la edad, de la educación, etc. del pastor o del líder de alabanzas, si es que la iglesia es grande, como en la que yo ministro (más de 7,700 miembros). Además depende de las circunstancias y limitaciones del lugar donde uno se encuentre. Una iglesia más rica puede darse lujos que otra más modesta no podría y eso afecta el estilo y la calidad de la alabanza.

Nosotros reconocemos que ninguno de los integrantes de nuestra iglesia es perfecto. Todos, incluyendo a los pastores, somos pecadores, pero somos pecadores arrepentidos, quienes gracias al hecho de reconocer que lo somos, hemos recibido perdón y redención por la gracia de Dios, dada a los hombres a través del sacrificio vicario de Cristo Jesús.

En general el músico debe haber experimentado el nuevo nacimiento(ser salvo), preferiblemente haber sido bautizado, tanto en agua como por el Espíritu (con la evidencia de hablar en lenguas - lo cual no es esencial, pero sí beneficioso). Además nos gustaría que idealmente el músico sea un varón o una mujer de Dios de comportamiento casto y que tenga una conducta madura en el Evangelio.

El músico debe tener un espíritu de excelencia
Aquí, contrario a lo que se defiende en otros lugares, creemos que aquellos que hacen algo para el Señor deben querer y buscar continuamente ser excelentes, ya que lo hacen para Dios. Creemos que la noción de "no importa si no sabes cantar. Hazlo como sea, ya que es para el Señor" está basada en una interpretación errónea de la Palabra de Dios. Además creemos que esa es una aptitud un tanto irresponsable, ya que es el hecho mismo de que lo que se hará es para el Señor, que debe tratar de ensayarse, practicarse y si es posible perfeccionarse lo más posible. ¡Es para Dios que lo hacemos! - ¡El Creador del universo!

Para Dios, ¡La mediocridad no es suficiente!
El músico que ministra en la iglesia no debe conformarse con ser mediocre. A los músicos en proceso de aprendizaje, la iglesia debe costearle, si es posible, los estudios para que continúen perfeccionando y dominando sus instrumentos, o el arte del canto, si el caso es el de un cantante.

En este respecto, consideremos lo siguiente:

1. Dios habita en medio de nuestras alabanzas. Salmos 22:3
2. Las alabanzas son un sacrificio que hacemos para Dios (Salmos 50:23, 50:14 y 116:17).
3. Dios no se conformó en el pasado con sacrificios mediocres, y no tiene porqué conformarse con ellos hoy:

Tomemos un segundo y leamos, en contexto, el texto bíblico siguiente:

"Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia. Grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos; pero vosotros lo profanáis cuando decís: "Inmunda es la mesa de Jehová", y cuando decís que su alimento es despreciable. Además, habéis dicho: "¡Qué fastidio es esto!", y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos. Trajisteis (sacrificio) robado, o cojo, o enfermo, y me lo presentasteis como ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestras manos?, dice Jehová. Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones." Malaquías 1:11-14

En resumen, Dios nos dice que Él se complace en nuestras alabanzas, además nos dice que nuestras alabanzas son sacrificio grato para ÉL. Pero además nos dice que tales sacrificios deben venir a Él cumpliendo cierto criterio. ¿Por qué no leer el último versículo de Mal. 1:14 de la siguiente forma?

"¿Aceptaré yo eso (lo cojo, lo dañado, lo robado, lo que sobra, lo mediocre, lo que no se preparó con antelación, lo que no se ensayó, lo que se hizo improvisado) de vuestras manos?"

Nosotros queremos lo mejor para ese Dios amoroso que repugna al que le sacrifica lo "dañado". Pues la analogía es aplicable a las alabanzas, las cuales, conforme al texto de los Salmos aludidos, son "sacrificios" apreciados por Dios. ¿Acaso queremos sacrificar alabanzas mediocres a nuestro Dios, sabiendo que si hacemos el esfuerzo lo podemos hacer mejor? ¡El músico que no ensaya, es músico que no toca! ¡El músico que no busca la excelencia, es músico que no desea traer alabanzas que resulten un dulce musitar al Dios Creador de los cielos y la tierra!

Trato de los músicos en momentos difíciles
En lo referente a las ocasiones cuando nuestros músicos están pasando por momentos difíciles, como nos sucede a todos, debo decir que cuando un músico tiene problemas de conducta intentamos ayudarle a corregir su caminar a través del amor y la comprensión, especialmente cuando nos referimos a gente joven, quienes tanto necesitan de apoyo y de modelos adultos quienes los protejan y los colmen de compresión. Una vez restablecida la cercioridad de que su problema está en las manos de Dios, el joven puede ahora alabar con toda libertad. ¿Acaso no es eso lo que Dios hace con nosotros - incluyéndonos a nosotros mismos los pastores?

Vestimenta del músico en el púlpito
La vestimenta es algo que debe tratarse en el contexto de la cultura, de la estación del año, de la hora del día y hasta de la naturaleza de la actividad que se esté llevando a cabo en la iglesia, y de varias otras circunstancias adicionales.

Si es una actividad informal a la que se invitan los músicos, el joven músico se puede dar el lujo de vestir informalmente. Si la actividad es formal, el servicio principal del domingo, una boda, un funeral, etc., el músico debe vestir formalmente. Formalmente significa en ropa que la sociedad en la que se viva acepte como formal. No es formal, ni cuerdo, usar saco y corbata en medio de la selva amazónica, donde la temperatura es de 34 grados centígrados. No es formal usar una franela con mensajes enfrente durante un servicio del domingo. No es formal ni cuerdo usar sandalias durante un funeral, simplemente porque se es músico y la iglesia no tiene a más nadie a quien usar para tocar tal instrumento. El músico que cree que es indispensable, es totalmente dispensable para mí. Un cántico sin arpa es más agradable cuando se hace de corazón, que un cántico con una orquesta de 80 músicos profesionales, cuando se hace con un corazón lleno de orgullo y con motivaciones turbias.

En resumen, el músico debe ser un misionero que evite ser piedra de tropiezo para que alguien se pierda, ¿acaso no lo debemos ser todos los hijos de Dios?

Espero que mi respuesta haya sido lo suficientemente amplia como para cubrir un poco de cada ámbito al que pude haberme referido al responder su pregunta, la cual en esencia fue muy amplia en espectro.

Autor: Lic. Dawlin A. Ureña

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