viernes, 23 de enero de 2009

La persecución de cristianos en el Congo no se detiene


(Cristianos.Com/RD)-El Congo fue testigo de una cruel matanza cuando un centenar de civiles murieron dentro de una iglesia que fue incendiada en el nordeste de la República Democrática por el grupo rebelde ugandés, Ejército de Resistencia del Señor (LRA).

Según informes recientes de ‘Radio Okapi’, los rebeldes prendieron fuego al templo, situado en la localidad de Dungu, el sábado a la noche, mientras los feligreses rezaban. No se ha informado del número de personas que participaban en el servicio religioso, según la emisora patrocinada por la Misión de la ONU en la RDC (MONUC).

De acuerdo con el presidente de la sociedad civil de Dungu, Felicien Balani, ‘el LRA atacó alrededor de medianoche.

Sorprendieron a los fieles mientras rezaban la vigilia y los quemaron dentro’ del templo.

Dungu es uno de los lugares donde los insurgentes del LRA han establecido sus bases de retaguardia en territorio de la RDC.

Las milicias ugandeses combatieron asimismo durante el fin de semana con las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) en las localidades mineras de Tora y Libombi, situadas a 130 kilómetros de Dungu.

Según Balani, los insurgentes ugandeses incendiaron varias casas en Tora, donde se registraron cinco muertos y seis heridos, mientras que más de 100 personas abandonaron el domingo sus casas por temor a que se repitieran los ataques.

La organización Human Rights Watch (HRW) dijo en un informe divulgado el sábado que 620 personas han sido asesinadas por los rebeldes del LRA entre el 24 de diciembre de 2008 y el pasado día 13 de enero.

En la localidad de Doruma, ‘fue una matanza horrible en la que perecieron, al menos a 300 personas’, señala el informe de HRW, que puntualiza que ‘en ese pueblo sólo hubo seis supervivientes, el resto fue masacrado’.

Desde mediados de diciembre pasado las FARDC llevan a cabo, conjuntamente con tropas de Uganda y de la región autónoma del sur de Sudán, una operación militar contra los rebeldes ugandeses en el vértice de la frontera congoleña con los dos países vecinos.

La ofensiva tripartita fue decidida después de que en abril de 2008, tras dos años de conversaciones de paz entre el LRA y las autoridades de Kampala, en las que mediaba el Gobierno regional del sur de Sudán, el líder rebelde ugandés, Joseph Kony, se negara a firmar el acuerdo final de paz.

A último momento Kony se negó a rubricar un armisticio definitivo, argumentando que no entendía los puntos referidos a ‘reconciliación y responsabilidad por el conflicto’.

El LRA, que pretende derrocar al gobierno de Kampala e instalar en Uganda un sistema de gobierno basado en los Diez Mandamientos bíblicos, ha asesinado y torturado sistemáticamente a miles de civiles en el norte del país.

Considerado como uno de los grupos rebeldes más sanguinarios, el LRA es conocido por secuestrar a niños, a los que fuerza a tomar las armas, y niñas, a las que esclaviza sexualmente.

Kony y dos de sus lugartenientes han sido acusados formalmente por la Corte Penal Internacional de 33 cargos de crímenes de guerra y contra la Humanidad, incluyendo asesinatos, violaciones y secuestro de menores.

Las incursiones del LRA en el este de la RDC empeoran la ya de por sí grave situación que atraviesa la zona oriental congoleña, donde el reinicio, en agosto pasado, de los ataques del rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), liderado por el general renegado Laurent Nkunda, ha desplazado a más de 200.000 personas.

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